Capitán Viagra ¡al rescate!
OZOIR LA FERRIERE, FRANCIA.- Como un superhéroe moderno extraído de un comic, el «super-hincha torcedor» buscó afanosamente por todos los rincones de la estación de trenes una cabina telefónica dónde pudiera refugiarse para realizar su transformación. No encontró tal y le improvisaron una. Con una bandera brasileña de gran tamaño, tres de sus compinches le hicieron casita a un ladito de los andenes, entre mucho escándalo de risas y gritos, ante los ojos de asombro de los concurrentes. Quince minutos después y con unas 100 personas pendientes del acto, el telón se descubrió. «¡Dina-maar- caa! Esto es para tí…» fue la detonación y entre bombos y platillos emergió de la nada el ser fantástico. Un hombre de unos 25 años, de corta estatura y complexión robusta, saltó a la luz, ante la carcajada general. Su súper vestimenta estaba conformada por una peluca de colores verde y amarillo, una camiseta blanca con la leyenda «Capitán Viagra», y en la parte baja de la cintura le adornaba su principal súper poder. «¡Esto les voy a dar daneses! ¡Ajajayy!», sentenció el superhéroe, mientras niños y mujeres de Brasil y Francia sólo sonreían sin ninguna muestra de sentirse ofendidas al observar el enorme atributo masculino inflable, que le llegaba a la cabeza. El promotor de la tan polémica píldora creada por ese lado del mundo para ayudar a las personas con disfunciones sexuales, el Capitán Viagra caminó desafiante por todo el andador, ayudándose con las manos para proteger «su instrumento». Alrededor, los tamborazos de la torcida y algunas adolescentes insistentes se tomarse una foto con él. No dijo su nombre, pero el alboroto fue tomado a broma. Los policías franceses sólo veían a distancia al sujeto pintoresco. Esto sucedió a unos metros del campo de entrenamiento brasileño. «Así voy a ir a Nantes, para darle con todo a los daneses», sentenció Capitán Viagra. Sus amigos le siguieron en el rito: «que la fuerza te acompañe ¡Brasil! ¡Brasil!»… Pasó al tren que conducía a París y el súper torcedor dijo ¡chau!
(Publicado el 02-Jul-1998 en Grupo Reforma)
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